22.7.07

Apéndice

  • El Manifiesto Atlántico
  • La Generación Atlántica,un cuarto de siglo después

1.- El Manifiesto Atlántico
Toda generación y/o movimiento cultural o específicamente literario, no es tal sin un manifiesto fundacional. Conscientes de esta realidad, los integrantes del movimiento postborgesiano o neoborgesiano o generación atlántica, corrigieron un documento enviado oportunamente por Ricardo Morel por correo postal y fechado en la localidad de Dionisia (Comandante Nicanor Otamendi) en los albores de la conformación del grupo. Éste es el texto definitivo del Manifiesto Atlántico, refrendado en Mar del Plata, Argentina, el 28 de agosto de 1982 (28-8-82): "...Unidos por un propósito de promoción de la cultura y por una geografía que nos son comunes, por encima de las diferencias circunstanciales de pensamiento, origen, ideología, raza y credo, diversidades que lejos de separarnos nos enriquecen, más allá de los antojadizos enfrascamientos, respetando y sumando las diferencias estilísticas y los individualismos, abocados en buscar y encontrar nuevos caminos artísticos y literarios surgidos de la diversidad de planteos, apuntalados en la postura que hemos denominado integracionismo cultural, con el afán de abrir nuevos rumbos en un retorno a la belleza estética mediante la jerarquización de la palabra escrita, atentos a la reformulación de un nuevo lenguaje en la literatura y en el arte latinoamericanos que involucren en su transformación tanto a la filosofía de la literatura como a la literatura preceptiva, sin estar sujetos a corsés que limiten la libertad absoluta de creación, superando las antinomias en una valoración que vaya más allá de eclecticismos y sincretismos, escogiendo los rasgos más importantes y valiosos de nuestra rica historia cultural que se nutre del viejo y el nuevo mundo, para pasar de la dialéctica tesis/antítesis hasta arribar en una dinámica síntesis euríndica, desde la literatura comprometida hasta el compromiso con la literatura, el arte comprometido y el compromiso con el arte, rescatando los valores implícitos en el goce estético por la palabra, en los aspectos lúdicos del lenguaje, en el desarrollo de nuevos parámetros artísticos, en la investigación permanente como compromiso intelectual de la transformación y la evolución integradora, constituyendo una alternativa concreta e irreverente ante el acartonamiento y los convencionalismos, en una actitud crítica y vehemente de inadaptación a la realidad vulgar y a la medianía, reconociendo que nuestro aquí y ahora, y particularmente nuestro futuro como sociedad se amalgama a partir de las experiencias que compartimos como miembros de una comunidad plural, es que reformulamos las visiones y aportes de todas las escuelas, posturas y sistemas, para la elaboración de un nuevo camino, plástico y en constante revisión, de una postura euroindiana y por ello englobalizadora que pretende superar visiones parciales y localistas, para situarnos definitivamente desde nuestra realidad abrevadora del ethos de nuevo y viejo continente, esto es, de la cultura universal, manifestamos nuestra voluntad de trascender nuestra propia angustia existencial desarrollando una labor creativa a partir de las distintas manifestaciones del arte: música, plástica, teatro, cine, danza, y fundamentalmente, la literatura..." *

*Nota:
El texto original fue modificado en su último párrafo, que rezaba:
“… manifestamos nuestra voluntad de cagarnos soberanamente de risa ante las vicisitudes de este mundo hipócrita, injusto y mendaz, aliviando nuestra propia angustia existencial con la práctica de una labor creadora a partir de las distintas manifestaciones del arte: música, plástica, teatro, cine, danza, y fundamentalmente, la literatura, no para trascender y ser funcionales al sistema, sino para al menos, transitar nuestra existencia mundanal sin tanta bronca, impotencia y amargura..."



2.- La Generación Atlántica,
un cuarto de siglo después.
(Datos biográficos no autorizados)

De izquierda a derecha: Lecuna, Carlos Balmaceda, Juan Carlos Cachi García Reig,
Marcelo Marán, Oscar Balmaceda, Juan Pablo Neyret y Julio Neveleff en la
Plaza San Martín de Mar del Plata, Argentina, circa 1984.


Aquél invento lecuniano de un nuevo movimiento artístico en el confín del mundo, se transformó de algún modo con el paso de los años, en una agradable realidad. La Generación Atlántica obtuvo reconocimientos, logros, muertes prematuras, y más de dos décadas después, continúa vigente en la producción cultural de varios de sus ex integrantes.


Carlos Martín Arroyo: Quien fuera un introvertido heterónimo montevideano dedicado particularmente a la investigación literaria, llevó una vida azarosa signada por el decadente e inestable escenario socioeconómico rioplatense. Al igual que Pierre Menard con su versión de El Quijote, intentó editar su propia interpretación de Emma Zunz, el Aleph y Funes el Memorioso, pero los abogados xeneizes de la señora de la Casa Amarilla lo desalentaron con todo éxito.
Con un pie en cada orilla del Rio de la Plata, realizó nuevas investigaciones y ensayos sobre aspectos poco conocidos de la literatura, la política, la historia y la ciencia del Atlántico Sur (“Siguiendo a Garibaldi por Maldonado”, “Aquí se bañó Darwin”, “Los poemas gauchescos de Lussich”, “Análisis literario de textos cobistas”) y continuó explorando junto a Lecuna y Marán el tema de los nuevos signos de puntuación sin lograr que su ponencia (escrita con dichos signos) fuera aceptada por “inextricable y veleidosa” en el III Congreso Internacional de la Lengua española celebrado en la ciudad de Rosario. Sin dejar de frecuentar la literatura borgesiana, verdadera red proteiforme –al decir de Ted Nelson– que resume en sus citas y textos reales y fingidos a la literatura universal, los avatares de su estancia en Argentina (país que eligió como segunda patria), lo llevaron indefectiblemente a la lectura de Chejov, transmutando su declinante realidad económica en arte puro, y llegando por ejemplo a una sorprendente síntesis borgesiana-chejoviana, concretada en el drama en un acto “El jardín de los cerezos que se bifurcan”, de celebrado éxito en los círculos teatrales del sudeste atlántico, llegando a exhibirse en el teatro circular de San Fernando de Maldonado, el teatro Colón de Mar del Plata, el teatro de verano de San Carlos, en el salón de actos de la Cooperativa de Mechongué, y en el anfiteatro de la Azotea de Haedo, mítico lugar donde pasó la historia contemporánea de los países del Sur, incluido el mismísimo Ernesto Che Guevara, donde saboreó unos criollos mates con Eduardo Víctor Haedo.

Carlos Balmaceda, Dibujo de Norah Borges

Carlos Balmaceda: Fue el único integrante de la Generación Atlántica que manifestó desde antes de la conformación del grupo, su intención de vivir de la literatura, su deseo de forjarse un destino literario. Estudió Profesorado de Historia en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional, carrera que dejó trunca a expensas de su creciente trabajo como periodista y escritor.
Convocado por Luis Alberto Lecuna –a la sazón Director de Cultura de Mar del Plata– se inició en la función pública como Director de Acción Cultural, llegando años después a ocupar él el mismo cargo de su primo, y el de Director del Centro Cultural “Gral. Juan Martín de Pueyrredon” que comprendía a la Biblioteca Pública Municipal “Leopoldo Marechal”. Para ganarse la vida (al igual que Bioy y Borges cuando escribían los textos publicitarios para un yogur), editó la revista de los supermercados Toledo “Toledo con Todos” intentando poner algo de cultura entre las góndolas atiborradas de productos gastronómicos y ofertas del día. Dictó clases en numerosos colegios secundarios y coordinó en Mar del Plata y en Buenos Aires ciclos de charlas con escritores de una prestigiosa editorial, hasta que entendió que había llegado el momento de que el entrevistado fuera él. Formó siendo muy joven una hermosa familia y tuvo dos bellos hijos, pero al cumplir el medio siglo, insatisfecho con sus logros, tomó las arriesgadas decisiones de dar vuelta la página y empezar de nuevo, eliminando de cuajo tanto sus compromisos pretéritos ante la Ley, la Sociedad y la Santa Madre Iglesia, como ante sus antiguos amigos, familiares directos y benefactores. Resistiéndose férreamente a la senectud y dada su afición a la alquimia, quiso vivir otra vida abrevando el elixir de juvencia desde la propia fuente, obteniendo resultados interesantes. Para ello y fruto de sus vinculaciones tanto con el poder establecido como con los poderes ocultos, contrajo matrimonio nuevamente ante la Ley, la Sociedad y de algún modo la Santa Madre Iglesia, con una bella joven de la alta sociedad marplatense a quien dobla en edad y cuadruplica en experiencia, quien es su actual musa inspiradora según el mismo refiere en numerosas entrevistas gráficas y televisivas. Publicó su primer libro “La Otra Muerte” en el sello “Del Castillo Editores” editorial que sirvió de soporte estructural al lanzamiento de la Generación Atlántica y de su propia carrera como escritor. Tiempo después publicó “Leyendas de Mar del Plata”, “El Condenado Ángelo Couso y su papagayo Hamlet”, y la novela “La plegaria del vidente”, que obtuvo el Premio Memorial Silverio Cañada, (Mejor Primera Novela Negra), otorgado en el marco de la Semana Negra de Gijón, en 2003.También es autor de la novela histórica “El Evangelio de Eva” (sobre Eva Perón) y “Manual del Caníbal”. Fue finalista del Premio Planeta de Novela y editó sus obras en prestigiosas editoriales nacionales y extranjeras. Fue Faja de Honor de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), por “La Otra Muerte”, y Tercer Premio Nacional de Literatura. En 1994, La Municipalidad de Mar del Plata le otorgó el Premio Alfonsina en mérito a su trayectoria literaria.


Emiliana Licursi Pilates y Oscar Balmaceda, caracterizados para la zarzuela de Rojas Hoyuelos “La pasión de Edurne Olano”, representada por primera vez en el Asilo Unzué, circa 1990.

Oscar Balmaceda: Artista multifacético. Actor de raza, polígrafo, periodista, ingeniero agrónomo, filósofo urbano, etilista social, cantante, guionista, creativo publicitario y conductor radial hilarante y de gran inventiva. Fue durante años corresponsal en Mar del Plata del prestigioso diario La Nación. Como periodista y escritor publicó en Editorial Planeta junto con Antonio Fernández Llorente “El caso Cabezas”, best-seller de investigación periodística, sobre la muerte en 1997 del reportero gráfico José Luis Cabezas en el exclusivo balneario de Pinamar, donde fue secuestrado, golpeado, esposado, torturado y conducido a una cava cercana donde lo ejecutaron con dos tiros en la cabeza, quemando su cuerpo al estilo mafioso.
Editó junto con su hermano Carlos los dos volúmenes de la Guía Fantástica de Mar del Plata, con leyendas sobre la ciudad, el segundo de ellos ilustrado por Miguel Rep.

Mario y Claudio Corradini, Pepe Campos, integrantes del Trío “Corradini Campos” , junto
a Ástor Piazzolla, en el centro cultural Pueblo Blanco, Punta del este, dirigido por Lecuna

Mario “Beto” Corradini: Mario "Beto" Corradini: Este singular músico oriundo de San Nicolás pero marplatense por elección, para sentar las bases de su propuesta musical y como franca oposición ideológica a la filosofía y modus operandi de los tradicionales "conservatorios" de música, puso en funcionamiento en Mar del Plata el primer "Creatorio de Música", dedicándose tanto a la composición como a la enseñanza musical, a la educación por el arte y a la adaptación y/o fabricación de nuevos instrumentos musicales. Creó e integró con su hermano el tecladista Claudio Corradini históricos grupos como Mimbre, Bregar y Corradini-Campos.
Conoció a Astor Piazzolla en el Centro Cultural Pueblo Blanco de Punta del Este, donde interpretó para el bandoneonista varios de sus propios temas. La incomparable Mercedes Sosa grabó entre otras canciones, una celebrada versión de su "Río de Camalotes". Enrolado en esos años en la "Alternativa Musical Argentina", el sello Pueblo Blanco le produjo el disco "Mar". Corradini continuó su carrera en Italia, donde completó su producción con elementos etnicos, para dedicarse luego al desarrollo de la Biomúsica, una disciplina creada por él a partir del estudio de las propiedades terapéuticas del sonido, y su capacidades sanativas desde el "emocionarse", y establecer vínculos afectivos y energéticos a partir de la expresión corporal y de los sentimientos. Con todo este bagaje terapéutico y existencial que surge desde lo musical, formó finalmente una importante organización internacional (Biomúsica), dedicada a la musicoterapia evolutiva, con sedes y actividades en numerosos países (Chile, Argentina, Cuba, España, Finlandia, Italia, México y Uruguay)

Cachi García Reig, Marcelo Marán y Luis Alberto Lecuna.
Fotografía dinámico futurista del artista plástico Petaca Susteroff.


Juan Carlos García Reig: Fumador inveterado, falleció el 6 de febrero de 1999 a los 39 años, dejando trunco un promisorio destino literario. Editó dos libros, “Bacará” (Editorial Corregidor) y “Los días de miércoles” (Del Castillo Editores), este último con prólogo de Juan Sasturain. En la función pública, “Cachi” García Reig formó parte del staff del Ente Municipal de Cultura y fue Director del Centro Cultural “Victoria Ocampo” y Director a cargo del Museo Municipal de Arte “Juan Carlos Castagnino”. Creó en 1996 el Premio Municipal de Literatura “Osvaldo Soriano” (que empezó a llamarse así en 1997, luego de la muerte del escritor). Su obra actualmente es adminis¬trada como albacea por el Dr. Gustavo Bombini, docente, crítico y editor, miembro de la Secretaría de Cultura de la Nación. Su obra integra antologías de textos de escuelas secundarias y está a punto de ser reeditada en su totalidad, incluyendo textos inéditos. Se le han dedicado estudios críticos en la Argentina y en el exterior. Lecuna y Borges, en las afueras de Villa Victoria

Luis Alberto Lecuna: Escritor, periodista, educador y artista plástico. Consultor especialista en política y management educativo y cultural. Ensayista en temas de educación, cultura e historia contemporánea. Estudió pintura y grabado con Ricardo Marcángeli, y escultura con Pablo de Robertis y Ponciano Cárdenas. Médico egresado con Diploma de Honor, de la Facultad de Medicina de la Jesuítica Universidad del Salvador (USAL, Argentina) Fue Director de Cultura de la Ciudad de Mar del Plata y en dos ocasiones Coordinador de Gabinete de la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina. Miembro de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles, miembro fundador de la Asociación Borgesiana de Buenos Aires, y Director del Centro Cultural Pueblo Blanco de Punta del Este, espacio de reflexión e intercambio de ideas abocado a la integración e interrelación cultural regional. Premio Revista “Siempre Mujer” (Rosario) a la Acción Cultural, Premio Casa del Teatro a la Gestión Cultural (Argentina), Premio Ministerio de Turismo del Uruguay a la Gestión Cultural, Premio Vocación Académica a la Trayectoria Profesional (Jurado de Rectores, Fundación El Libro, Editorial Lázara) Obras propias y en colaboración: Un tenue olor a aceite (novela); Colecticia Borgesiana; Ensayos Borgesianos; Detrás de una Verja de Lanzas (teatro); ¡Ay, Patria Mía! (reflexiones sobre Argentina y su futuro), “Todo sea por la Cultura” (anecdotario cultural), Educación y Futuro (introducción al integracionismo educativo)

Marcelo Marán: Junto a Daniel Boggio y con prólogo de Pedro Orgambide, publicó en el sello que acompañó el surgimiento de la Generación Atlántica (Del Castillo Editores), el libro “Tierra Dividida”, donde se aprecia el touch irreverente que caracterizó al grupo, el cuidado tratamiento de la palabra escrita, la abolición o yuxtaposición de géneros (poema-relato-viñeta-ensayo-instantánea-cuento breve), continuando con la impronta del libro fundacional –la mítica Colecticia Borgesiana– cuyos textos perfectamente se pueden constituir en los primordios de nuevos textos, de nuevos poemas, de nuevas historias e investigaciones, expandiéndose laberínticamente en una red que se ramifica sin cesar en la búsqueda de la ilusión de perfección, que es el ardid de la Literatura. Dedicado a la dramaturgia, su producción se mantuvo constante a lo largo de todos estos años. Entre sus obras cabe citar “De los innumerables desencuentros de dos suicidas en una cornisa”, merecedora de varios premios “Estrella de Mar”, máximo galardón que se otorga anualmente en Mar del Plata a los espectáculos artísticos que se presentan durante la temporada estival. (La ciudad es una importante plaza teatral) Fue titular de la Asociación de Trabajadores de Teatro de la Región Atlántica (ATTRA). Participó activamente como organizador y dramaturgo, en los ciclos “Teatro por la Identidad” de Abuelas de Plaza de Mayo. Fue director del Teatro Auditorium, Subdirector del Ente Municipal de Cultura y actualmente es Subsecretario de Cultura de la Municipalidad de General Pueyrredon, cargo por el que sugestiva pero no extrañamente, han pasado en estos veinticinco años, muchos de los integrantes de la Generación Atlántica, lo cual abreva en ciertos investigadores la sospecha de que el vínculo que los une excede lo artístico y familiar.

Asdrúbal Mares: Ex seminarista millerista y dadá.
Poeta de verba florida especialista en haikus, que dando un vuelco furibundo a su producción artística agiográfica (“Poema a Santo Domingo Savio”,”La Misa de las flores”, “Don Bosco te aclaman”, “Ceferino te quiero Santo”), y a su propia vida signada por el fatalismo argentino explicado magistralmente en su famosa frase dadaísta circular “cada uno hace la suya en un país que no tiene solución porque cada uno hace la suya en un país que no tiene solución porque cada uno hace la suya en un país que no tiene solución porque…” etc. etc., entendió finalmente que lo único que lo podía reconciliar con la vida era efectivamente “hacer la suya” y cultivar el amor, pero no el casto amor religioso urgido de abstinencias y sublimaciones, sino el amor liso y llano en sus más diversas variantes sicalípticas, experiencia vital que fue plasmando a partir de sus furtivas escapadas desde el seminario de Bernal hacia los lupanares de la zona, y registrando en un poemario erótico cuyos manuscritos le valieron la exitosa expulsión de la Santa Madre Iglesia. Asumido su nuevo oficio de pornógrafo profesional y vuelto a la vida seglar, se casó con la novicia de María Auxiliadora Malena Cincotta, a quien tiempo atrás había logrado convencer para que colgara los hábitos en la puerta de un ropero de la sacristía de la capilla de la casa salesiana de retiros espirituales de Punta Mogotes donde casualmente se habían conocido. Tuvo ocho hijos reconocidos y probablemente muchos más sin reconocer hasta el momento. Tradujo al castellano la mayor parte de la obra de Henry Valentine Miller (Trópico de Cáncer, Trópico de Capricornio, Sexus, Plexus, Nexus), y al inglés la de Raúl Barón Biza. A su maestro H. Miller –que signó su futuro como pornógrafo, y por el que se le designa con el mote de millerista– como todos los grandes descubrimientos, accedió por error: buscando en la Biblioteca Municipal de la Plata información sobre Don Bosco, llegó a sus manos el libro “Big Sur y las naranjas del Bosco”. Actualmente se desempeña en el cargo de consultor temático de la revista Play Boy y asesor de la señal codificada latinoamericana “Venus”. Fue guionista, director y protagonista de numerosos films bizarros de bajo presupuesto y alto voltaje erótico, y propuso sin éxito un nuevo sistema de clasificación de películas aduciendo sus serias dudas sobre la plena capacidad de discernimiento del público adulto y la inconsciencia de sus acciones y consecuencias de las mismas, a juzgar por los gobernantes que votan sin escarmentar, elección tras elección. A su juicio, lo verdaderamente obsceno no es “la visión artística en primerísimo plano del interjuego de las zonas pudendas eréctiles y el intercambio de fluidos corporales”, sino “la concupiscente actitud de los políticos corruptos que utilizan la función pública para llenar sus bolsillos con dinero mal habido, las flagrantes injusticias que genera la falta de justicia, la pobreza y el hambre, la falta de cultura y educación, la agresión a la ecología y la destrucción sistemática de nuestro planeta que está provocando la avidez por el dinero bajo el mendaz rótulo de ”. Pueden encontrarse en algunos weblogs de Internet sólo versiones de algunas de sus poesías religiosas iniciales, pero nos está vedado por razones de autocensura y para no tener problemas con el Opus Dei, proporcionar el URL de un sitio web de contenido adulto donde figuran varios de sus poemas de alto contenido erótico. Si bien nunca podrá acceder a un Premio Signis, al menos ya lleva cosechados con sus películas cuatro Trofeos Ninfa otorgados en el FICEB, y su obra ha merecido incluso el elogio del director del mítico film “Ai no Corrida”, Nagisa Oshima.

Ricardo Morel: Luego de una conflictiva experiencia como político, guionista y productor cinematográfico (1988), y de su negativa a comercializar para su difusión local e internacional el telefilme “Una Pasión Borgesiana” –negativa que ha mantenido durante casi dos décadas– se abocó al estudio de los mitos y leyendas hispanoamericanas, las religiones comparadas, las historias nefandas, los asteísmos y las hierofanías, publicando en un volumen de circulación restringida su “Separata para una Historia Atlántica de la Infamia” (1998) y previendo la edición del “Diccionario de Mitos y Leyendas Atlánticas” (para 2008).
Está trabajando desde hace casi dos décadas en su obra capital: una novela histórica que comienza en la España de las tres culturas, y que según sus estimaciones, le demandará otro par de décadas, suponiendo su publicación para el año 2028. Esta afición de Morel por publicar estrictamente cada década, –quizás inspirado en Ernesto Sábato que editó sus libros de forma rigurosa cada trece años– le ha valido recibir injustamente por parte de sus detractores literarios y enemigos políticos el irónico mote de escritor “decadente”.

Roberto Moss: Actor, autor y director teatral. Cursó estudios de teatro con Juan Carlos Gené, y seminarios con Lee Strasberg. Dirigió y produjo “La casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca. Fue asesor teatral en La Manzana de las Luces, dirigiendo sus propias adaptaciones de Electra de Sófocles, y Persona de Bergman. Invitado a la creación de la International School of Theatre Anthropology (ISTA), por su fundador, el italiano Eugenio Barba, convivió en Alemania con actores, directores y teóricos de distintos países. El objetivo de la propuesta fue el encuentro entre la cultura teatral occidental y oriental. En esa oportunidad conoce también personalmente a Grotowski con quien comparte charlas y espacios de trabajo. A posteriori realiza intercambios teatrales con el Odin Teatre. Trabaja desde 1981 hasta el presente como docente en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Mar del Plata, dependiente de la Dirección Municipal de Cultura. Dirige el Teatro Universitario, y dicta cursos en la Escuela de Verano de la Universidad Nacional, y dirige la comedia Municipal de Villa Gesell. Adaptó y dirigió numerosas puestas en escena: Ubu Rey. Jarry, Ulf. Gene, El enfermo Imaginario. Moliere, Jardín de Otoño. Raznovich, Nadie recuerda a Federic Chopin. R. Cossa, Las criadas. Genet. Es autor, director y actor de “Diálogos entre Victoria y Borges”.

Julio Neveleff: Dueño de un estilo claro, sencillo y entretenido, su opera prima, la novela “Y Heredarán mi Libertad”, fue un texto adelantado a su tiempo, que prefiguró las actuales sagas de historias para adolescentes sobre mundos imaginarios donde guerreros poderosos nos hablan de tierras fantásticas, y donde los protagonistas como nos decía Neveleff ya en 1986: “se entregan por entero al riesgo de la aventura y juegan su vida en la búsqueda (Del Anillo, el mundo perdido o el talismán que acabará con el Oscuro), ya que esto es la clave de todo: la Misión. La búsqueda de aquello que dará sentido y trascendencia a nuestra vida, de aquello por lo que tendremos que luchar y arriesgarnos, burlando a la muerte, y que al final conseguiremos”
Arteros integrantes de la agrupación cultural “Los Agoreros de las Letras” que frecuentan los cenáculos literarios del barrio Champagnat aseguran irónicamente que un gen recesivo le impidió alcanzar la fama y los honores de autores que mucho tiempo después abordaron con singular éxito económico sus mismas temáticas, tal el caso de Joanne Kathleen Rowling, la creadora de Harry Potter, y de John Ronald Reuel Tolkien, autor de la saga The Lord of the Rings. Librero y bibliotecario, se dedicó también a la función pública como Subdirector del Ente Municipal de Cultura a cargo del Centro Cultural “Gral. Juan Martín de Pueyrredon”, que incluye a la Biblioteca Pública Municipal “Leopoldo Marechal” y el sistema de bibliotecas barriales y protegidas. Publicó libros sobre bibliotecología, informática e Internet. Integra la organización Signis (asociación católica mundial para la comunicación reconocida por el Vaticano), y posee una productora independiente de eventos culturales. Por razones obvias, no comparte los puntos de vista ni la obra de Asdrúbal Mares y viceversa, aunque se respetan mutuamente. Esto habla a las claras de la amplitud y diversidad ideológica de los integrantes de la generación atlántica.

Juan Pablo Neyret: El benjamín del grupo fue durante muchos años periodista cultural en el diario La Capital y actualmente lo hace en el semanario Noticias & Protagonistas. Es uno de los más importantes cronistas de música de Argentina, siendo memorables muchos de sus reportajes, como por ejemplo el realizado a Joaquín Sabina. En 2003 obtuvo el título de Licenciado en Letras como Graduado Sobresaliente con el promedio más alto de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) (9,50). En 1997 publicó en la Antología de Cuento del Premio Municipal de Literatura “Osvaldo Soriano” y en 2003 estrenó una obra teatral de su autoría, “El Apellido”. Se dedica principalmente a la carrera académica en el ámbito de las letras y ha publicado artículos especializados en medios de la Argentina, México, Estados Unidos, España, Alemania y Dinamarca, así como capítulos de libros. En noviembre de 2003 fue invitado por Tomás Eloy Martínez a Rutgers University (New Jersey) a brindar un seminario y conferencias, y dio asimismo conferencias en Boston University, The University of Texas at Austin y el Alamo Community College de San Antonio (Texas). Como Neveleff, es también miembro de Signis Argentina, y mantiene su distancia con Mares. En 2005 inició su Doctorado en Literaturas Hispánicas (PhD) en The Pennsylvania State University, donde se ha radicado por cuatro años.

Jacinto Juan “Jacky” Patruno: Falleció en abril de 2004, víctima de cáncer. Fue el creador de Maplot, grupo que paradojalmente no pudo estar presente en la más importante reunión de grupos de rock que se haya realizado en el Atlántico Sur, y que fuera organizada en homenaje a John Lennon por la Dirección de Cultura a cargo de Lecuna en plena dictadura militar, cuando estaban absolutamente prohibidas las reuniones públicas, hecho que marcó el inicio de una serie de acciones que derivaron meses después en su expulsión del cargo.
El marco fue el Parque Camet, y se presentaron las mejores bandas y solistas del momento: Tribemol, Juvenal, Quodlibet, Margen, Nemesis, Sephiroth, Beto Corradini y Enrique Martin. Tras la disolución del mítico grupo musical Maplot, Patruno formó la exitosa banda Patruno & Asociados. Editó dos discos, “Sexo, Dinero & Rock’n’Roll” y “La Blanqueada”, en el cual participó Andrés Calamaro. Tuvo un impasse de diez años en la década del 90 y regresó a los escenarios con Jacky Patruno y la Banda del Principado, su último grupo. Antes de fallecer, se encargó personalmente, junto a integrantes de su banda, de masterizar y pasar a CD la producción de Maplot y Patruno & Asociados. Actualmente, sus ex compañeros realizan recitales con temas del repertorio de Maplot, con el auspicio del baterista y bandoneonista porteño Fernando Samalea. Fue una de las figuras emblemáticas del rock del sudeste atlántico desde sus inicios en los años 70, y estuvo vinculado con la mayoría de los músicos de la época, desde Juan Carlos Baglietto hasta los integrantes de Sumo Luca Prodan y el saxofonista y director de “El Expreso Imaginario”, Roberto Pettinato.

Agustín Rojas Hoyuelos: Este émulo de Honorio Bustos Domecq se llamó a silencio después de unas interesantes producciones literarias en el campo del teatro y el ensayo, debido al distanciamiento geográfico, ideológico y existencial entre Lecuna y Balmaceda, sumado a la escasa afición por la mutua comunicación epistolar, que ambos cultivaron de forma recíproca e inevitable.